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Al querer solucionar un problema mira primero si no eres tú el problema.
Presentacion
No siempre son los hijos de los demás los que se drogan.
Habla con los tuyos.

El Rostro de Jesús

“Este afiche me lo dio una señora para ti y ella quiere que lo coloques en un lugar visible de tu Iglesia”.

Tomé el afiche que me acababa de entregar mi hermano y al abrirlo vi una mirada profunda ante la cual no pude mantener la mía. Era una imagen distinta a las miles que conocemos de Nuestro Señor Jesucristo. En pocos segundos sentí que aquella mirada era viva y confieso que sentí temor. Es una mirada que te cautiva y te interpela a la vez, es una mirada profunda de la cual no te puedes escapar, es la mirada que penetra en tu interior sintiendo que te está leyendo el alma.

¿Y de dónde sacaste esta imagen?

“Me la dio una señora que dice haber recibido muchas manifestaciones de amor y quiere que se de a conocer esa imagen porque, según ella, ese es el verdadero rostro de Jesús”.

“El verdadero rostro de Jesús, eres tu y soy yo, es decir el rostro de cada ser humano”, le dije.

Hasta allí llegó la conversación con mi hermano quien no quiso entrar en discusiones, él solo se limitaba a darme un mensaje.

Esa misma semana, el Papa en uno de sus mensajes, nos decía que los cristianos deberíamos mostrar al mundo el rostro de Cristo. Nos recordaba que antes de darlo a conocer, era necesario contemplarlo… y que no eran suficientes las fuerzas humanas sino el don de la fe para descubrir el verdadero rostro del Señor.

Al escuchar al Papa, tomé de nuevo el afiche en mis manos y comencé a contemplarlo e imaginarme enseguida el lugar adecuado para colocarlo en la Iglesia. Había entendido bien las palabras del Papa cuando decía que se requeriría del don de la fe, sin embargo interpreté esta coincidencia como un mensaje para colocar en un lugar visible el afiche. Pero solo quedó en mi pensamiento, puesto que no lo coloqué. Mi hermano me decía muy a menudo:

“No has colocado en la Iglesia el afiche que te traje.”

Yo quería colocarlo pero necesitaba una razón convincente, lo que mi hermano me había dicho no me era suficiente; lo único convincente hasta ahora había sido mi propia experiencia. Yo quería conocer a profundidad el origen de esta imagen tan impactante.

Meses más tarde se me concedió la oportunidad de viajar hacía Mérida(Venezuela), lugar donde vivían, el pintor, la señora que me envió el afiche y el señor que había mandado a pintar el rostro de Jesús.

Asesorado por mi hermano llegué hasta el lugar indicado conociendo a las personas que habían tenido que ver directamente con la realización de la pintura. Al llegar a la casa percibí de inmediato un ambiente de oración y dos días más tarde estaba celebrando la Santa Misa en compañía de otro sacerdote quien me expresaba de igual manera admiración por la pintura.

Pedí conocer la pintura original  y gentilmente me llevaron hasta el lugar. Sentí atracción por la variedad de imágenes de la Santísima Virgen María, pues parecía que era ella quien me daba la bienvenida para que pasara a contemplar la imagen de su hijo. Una vez frente a la imagen me dediqué a observarla detalladamente; es una hermosa imagen que se impone en medio de la sala. Me invitaron a tomar asiento y al sentarme les pedí que me narraran el origen de la pintura.

“Que le cuente el ingeniero”, dijo la señora que me había enviado el afiche. El ingeniero Victor Domingo Vega Matos se tomó la molestía de explicarme detalladamente lo siguiente:

El cuadro realizado por el pintor merideño Francisco La Cruz en 1992, es quizás el rostro que más se asemeja a lo que fue Jesús de Nazaret, lo mejor logrado hasta ahora en el Planeta Tierra, como me lo manifestó un vidente de credibilidad, porque este pintor y retratista logró plasmar, integrar y sintetizar  en un lienzo casi todos los rostros pintados a través de la historia de este gran personaje, teniendo como modelo central y principal el reproducido por la NASA de la Sábana Santa o Santo Sudario de Turín. Fue un trabajo arduo, de una alta concentración y dedicación, porque Francisco había pintado a Jesús de Nazaret más de veinte veces, copiando obras de artistas famosos y de inspiraciones propias, de películas y reportajes sobre la vida de Nuestro Señor Jesucristo.

En febrero de 1977 empecé a trabajar con un importante grupo financiero de Venezuela, en la ciudad de Valencia, después de ocupar varios cargos dentro de este grupo terminé gerenciando una importante oficina bancaria en la ciudad de Mérida hasta 1994, el haber trabajado con este grupo fue lo que me permitió conocer a Francisco La Cruz cuando éste realizó un trabajo de pintura a una filial del banco, lo que conllevó a la realización de este famoso cuadro.

Rostro3

En 1990 muere en Caracas un Vice-presidente de esta institución bancaria, el Sr. Conrado Lucherino, persona muy apreciada y querida por todos los trabajadores de la misma, porque él defendía mucho a los empleados, se preocupaba por sus mejoras salariales y porque sus contraprestaciones laborales fueran cada día mejor, por esta razón, a la muerte del Sr. Conrado, el Banco decide crear una Fundación con su nombre que se encargara de jubilar a los empleados y atender a los ya jubilados.

La Fundación creció rápidamente por un aporte inicial del Banco, los aportes mensuales de los trabajadores y los aportes mensuales del mismo Banco, los directivos de esta Fundación deciden adquirir una propiedad en una reconocida urbanización de Caracas, para crear la casa del empleado jubilado, era como un club donde los jubilados  tenían comodidad para entretenerse  y pasarla bien, la casa tenía un  salón principal de usos múltiples y deciden colocar en este salón un cuadro del Sr. Conrado Lucherino. 

Como en Mérida siempre han existido artistas dedicados a la pintura, muchos de ellos retratistas, me asignaron la misión de seleccionar a tres pintores que realizaran un cuadro del Sr. Conrado Lucherino, y para ello, me enviaron siete fotografías del Sr. Conrado pero de tipo ejecutivo: en reunión de Junta Directiva del Banco, en eventos, en  recepciones, etc.,  después de indagar e informarme sobre varios pintores retratistas, seleccioné tres, sólo dos de ellos me realizaron la pintura, el tercero se excusó; de los dos cuadros, uno era muy moderno y el otro clásico hecho por Francisco La Cruz;  este cuadro mostraba al Sr. Conrado sentado en un escritorio de madera con una biblioteca muy difusa detrás de él, pensativo, alegre y sonriente, con las manos juntas entre lazadas sobre el escritorio y se notaba claramente en sus manos que tenía artritis en los dedos y en los nódulos de sus manos.

Envié los dos cuadros a Caracas, la impresión que causó el cuadro pintado por Francisco La Cruz fue tan emotiva e impactante que todos, se turbaron, lloraron, parecía vivo, era como él –decían- pero la mayoría de las personas quedaron sorprendidas y extrañadas porque las fotografías que habían enviado eran de cinco años antes de fallecer, donde no se distinguían bien sus manos y para esa fecha aún no tenía artritis, esta enfermedad le dio dos años antes de morir y no hay fotos de él, ni de sus manos con esta enfermedad, esto les llamó mucho la atención.

Las llamadas de agradecimiento y felicitaciones para el pintor por esta gran obra me llegaron, pero les preocupaba algo, ¿Cómo supo Francisco que el Sr. Conrado tenía artritis?  ¿Quién le dijo?  ¿Quien le informó? -les contesté yo no-, porque tampoco lo sabía, la solución era ir a preguntarle al pintor como obtuvo la información, así que me fui hasta su casa para indagar, Francisco no me decía nada, solo me miraba y sonreía, pero le dije no soy yo el interesado son los de la fundación, sus compañeros de trabajo y sobre todo su viuda, ella está muy impresionada. Al fin Francisco me mira y me dice:
¿No te vas reír, si le digo la verdad? -  le dije que no.
Me contestó:
“Yo le pedí al muerto, le recé para que me iluminara y esa imagen fue la que me llegó”.
Me quedé pensativo pero satisfecho porque tenía una respuesta a la inquietud, había allí algo más que un artista, hubo un contacto espiritual que guió sus manos y su arte.

En enero de 1992 después de muchos esfuerzos logré obtener una copia del verdadero rostro de Jesús, reproducido de la Sábana Santa por la NASA y con una copia de esta imagen me fui donde Francisco y le dije, tú has pintado muchos cuadros de Jesucristo, pero este va ser especial, no es un modelo común, es un modelo real, no es un muerto, es un vivo, lo quiero vivo como antes de su pasión, sin sangre, sin espinas, como era Él cuando predicó el Evangelio, alegre, sonriente, varonil, muy humano, pero a la vez muy Divino, que los rasgos de la raza semita se aprecien, tal como eran los habitantes de Palestina de aquella época, me dijo claro que si, tardaré como un mes, yo presentí algo y a finales de febrero lo llamé y le pregunté si ya tenía el cuadro listo y me contestó:
“Yo creo que no le voy a pintar ese cuadro porque he intentado siete veces y no he podido”
Esto me preocupó y le dije:
“Tranquilo Francisco, tómate tu tiempo, no hay prisa, tienes este año, el que viene y el siguiente, si dentro de tres años me dices que no has podido, yo desisto”
Entonces él me contestó:
“Bueno así sí”
Me dije a  mi mismo:  “Las cosas buenas se hacen esperar”.

Días después lo visité con mi esposa Asia Elizabeth, ella le dio ánimo para que pintara el cuadro y le insistió que no sea un Jesús como los europeos, catire, de ojos azules, cabellos dorados, de belleza física, sino un Jesús de belleza espiritual, muy humano, varonil, israelita, imponente, muy dulce y muy Dios, Francisco pensativo nos miraba y aprobaba aquellas ideas moviendo la cabeza, pero se notaba en él  una gran preocupación, un fuerte reto, un difícil desafío para realizar aquella obra, pero dispuesto llevarlo a cabo, ese Jesús tenía que ser muy especial porque su modelo venía de un cuerpo resucitado, glorioso, luminoso, como un cristal muy transparente, muy divino, pero a la vez muy humano.

A finales de mayo de ese año me llamó Francisco y me dijo:
“Le tengo el cuadro”
Me sorprendí, pues no lo esperaba que fuera tan rápido, me fui a su casa y  al verlo quedé impresionado, maravillado, fue algo impactante, una gran emoción y alegría me sacudió, después de tranquilizarme le pregunté:
¿Cómo lo lograste? -me contestó:
“Empecé a pintarlo antes de semana santa teniendo como modelo principal la  figura de la NASA, la fui alimentando con detalles de otros rostros que yo ya había pintado de Jesucristo de mi propia inspiración o de otros artistas conocidos, pero sin modificar el modelo de la NASA, al iniciarse la semana santa yo todavía no había logrado lo que buscaba, ni si quiera su esbozo,  por tanto llamé a mi esposa y a mis hijos y les dije:
“Se van de vacaciones, quiero estar solo, necesito silencio, tranquilidad, quiero concentrarme, porque quiero pintar esta imagen, es un compromiso y es para mí un gran reto que tengo que vencer”.

“Mi familia se fue, yo me quedé solo, empecé a trabajar sobre la imagen, pero esta vez me alimentaba no sólo de las pinturas conocidas, sino de las películas y reportajes sobre la vida de Jesucristo que trasmitían las televisoras, las veía, tomaba detalles que me gustaran de las actuaciones de los artistas que interpretaban el personaje de Jesucristo, veía estas películas y cuando algo me llamaba la atención rápidamente me iba a trabajar en el cuadro, hasta llegué a pintar frente al televisor como si este fuera el modelo de Jesucristo, de noche cuando me acostaba las diferentes imágenes de Jesucristo revoloteaban en mi mente, soñaba con ellas y veía soluciones en mis ensueños, al despertar me disponía nuevamente a trabajar, así transcurrió toda la semana santa y cuando el domingo de resurrección llegó, al final de ese día, ya tenía el esbozo definitivo de esta imagen, trabajé un mes más perfeccionado y detallando los colores de su piel y rasgos de su imagen, hasta que logré lo que deseaba, mi familia observaba mi trabajo cotidiano y un día mi hijo me dijo, papá el manto debe ser rojo.

Jesus_de_Nazareth

Me llevé la imagen pintada por Francisco a mi casa y la coloqué en un lugar visible donde pudiera ser visto constantemente por mi familia y por los que visitaban mi hogar, las visitas se impresionaban, me decían que les gustaría tener un fotografía de esta imagen, les atraía mucho, por lo que decidí yo mismo sacarle fotos y empezar a distribuir entre parientes, amigos y personas que lo apreciaran, las solicitudes de las fotografías fueron creciendo, hasta llegaron a solicitarme cientos de ellas, por el alto costo de las fotografías, decidí empezar a sacar litografías, tamaño medio pliego en grandes cantidades para abaratar los costos, para abril de 2009 ya se han sacado más de 60.000 ejemplares y se han ido distribuyendo por Venezuela y  por varios países del mundo, la mayoría de las veces gratuitamente.

Hay muchos reportes de personas que han logrado venerando esta imagen con mucha FE, obtener beneficios tales como: sanaciones, solución a sus problemas económicos, estudiantes que recuperan materias, consiguen trabajo los desempleados, muchos cambios de personas en sus vidas, etc.

Agradecemos y esperamos que las personas piadosas den testimonios de los mismos, las escriban y trasmitan, para que sean ejemplo a los demás, mas hoy, con la situación actual de la humanidad, debemos estar más cerca de Dios, que a través de Jesucristo que encarnó entre nosotros, nos dejó sus enseñanzas, cuando hace más de 2.000 años nos visitó derramando sobre nosotros su amor divino, nos redimió con su sangre, vino a salvar nuestro planeta y nuestra causa existencial, nos ama mucho y sigue presente entre nosotros como el Padre Celestial.

Francisco La Cruz nació 01 de diciembre de 1945, tenía para esta fecha 46 años cumplidos, se dice que los grandes científicos, los grandes escritores, los grandes músicos y en general los grandes artistas producen sus mejores obras entre los 40 y 50 años, hago esta acotación, porque con  este artista de la pintura esto se cumplió, en esta década Francisco pintó sus mejores obras, a saber:

  • Los Rectores de la Universidad de Los Andes que se encuentran en el Aula Magna (Mérida-Venezuela).
  • Los Presidentes de la Federación Médica Venezolana.
  • Los Presidentes del Instituto Nacional de Hipódromos (Caracas-Venezuela)
  • Los Presidentes de Apula (Mérida-Venezuela)
  • Los Presidentes y Gobernadores de Mérida.
  • Simón Bolívar (El Libertador de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia)
  • Antonio José de Sucre (Gran Mariscal, Prócer de la Independencia y presidente de Bolivia y Perú)
  • Conrado Lucherino.
  • La Hermana María de San José, el gran cuadro exhibido en la Basílica de San Pedro en Roma el día de su Beatificación, muchas obras a particulares y
  • Su Gran Obra Jesús de Nazaret.
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