Durante los últimos meses hemos sido golpeados fuertemente por algunos escándalos dentro de la Iglesia Católica.
Mi condición de cristiano no me permite hacer juicios de las aptitudes y comportamientos de mis hermanos. “No critiquen” nos lo dijo Jesucristo.
Pero como cristiano tengo el deber de acompañar a mis hermanos, especialmente al caído; si bien es cierto que no lo puedo acompañar físicamente, al menos espiritualmente.
Generalmente pedimos a Dios por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas. Hoy quiero proponerte que en tu oración le pidas a Dios por estas 5 cosas:
Señor danos sacerdotes,
1.- Espirituales, que sean hombres de oración, que celebren la Santa Misa con devoción e inviten con su vida a una comunicación con Dios.
2.- Serviciales, que sean hombres con actitud de servicio, que no pretendan que les sirvan si ellos no están dispuestos a servir, que no sean arrogantes.
3.- Amables, que tengan un trato cordial y que aleje de ellos el maltrato, la grosería y la prepotencia, que no regañen a los que van en tu búsqueda, sino que de sus labios broten palabras de ánimo, alegría y esperanzas.
4.- Íntegros, que lleven una vida transparente, que se alejen de todo aquello que pueda ser motivo de escándalos, que no lleven doble vida.
5.- Actualizados, que vivan estudiando los avances científicos y las transformaciones sociales e iluminados bajo la luz del evangelio puedan orientar acertadamente a las comunidades, que sus prédicas respondan a los problemas de cada día.
Pidámosle al Señor que nos dé excelentes sacerdotes.

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